PEDRO DE VALDIVIA
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Pedro de Valdivia,
cuño usado para el billete de $ 20.- de 1939, grabado
de la Memoria del bicentenario de Casa de Moneda 1743-1943
(600 ejemplares) |
Originario de la villa de Castuera, en
la Serena de Extremadura, Pedro de Valdivia nació
el año 1500. Descendía de una familia de hidalgos,
muchos de cuyos antepasados habían seguido la carrera
militar. Su padre fue Pedro Oncas de Melo y su madre Isabel Gutiérrez
de Valdivia.
Inició su carrera militar como soldado
hacia 1520, prestando servicios al emperador Carlos V en Italia,
donde le tocó participar en la famosa Batalla de Pavía.
En Flandes, sirvió
bajo las órdenes de Enrique de Nassau y en Italia fue subalterno
de Próspero Colona y del Marqués de Pescara.
Se embarcó para América en 1535.
Junto a él viajó Gerónimo de Alderete y ambos
participaron en la conquista de la provincia de Paria en Venezuela,
donde se creía que existían abundantes riquezas.
Estando en Santo Domingo, debió sumarse
a la expedición que la Real Audiencia de esa ciudad envió al
Perú -conformada por 400 hombres al mando de Diego Fuenmayor-
para auxiliar a Francisco Pizarro, quien estaba combatiendo una
insurrección indígena. Su participación en
este conflicto y la que tuvo luego en la guerra civil entre pizarristas
y almagristas, fue recompensada con la asignación de un
repartimiento de indígenas -encomienda- en el valle de la
Canela y una mina de plata en Porco.
Desechó estas riquezas para iniciar la
Conquista de Chile, donde moriría en 1553. Pedro de Valdivia
contrajo matrimonio con Marina Ortiz de Gaete, quien arribó a
Chile cuando su marido ya había muerto.
La expedición
A pesar del fracaso de la expedición de Diego de Almagro,
Valdivia solicitó autorización al Gobernador del
Perú, Francisco Pizarro, para hacer efectiva la conquista
de Nueva Toledo, la gobernación que anteriormente se había
asignado a Almagro. Habiéndole concedido el permiso, Pizarro
lo nombró teniente de Gobernador, y no Gobernador, como
Valdivia quería.
Tan atrevida empresa tropezó
con dificultades desde el principio. Primero se presentaron las
de orden económico, puesto que tuvo que dejar su encomienda,
la que fue repartida entre otros conquistadores, viéndose
privado de una fuente de recursos. No habiendo obtenido ningún
aporte monetario por parte de Pizarro, debió costear él
mismo la expedición recurriendo a los préstamos,
difíciles de conseguir puesto que los prestamistas dudaban
del éxito del proyecto. No obstante, logró reunir
alrededor de 15.000 pesos, que sumados a los poco más
de 9.000 pesos en armas, caballos, vestuario y otros objetos
que obtuvo del recién llegado comerciante español
Francisco Martínez.
Los problemas también se presentaron a
la hora de encontrar hombres. El fracaso de la expedición
de Almagro ahuyentaba a muchos de los soldados y aventureros que
se encontraban en el Perú, seguros de que no ganarían
nada en tierras tan pobres. A fines de 1539 sólo contaba
con unos 11 hombres.
Aparece Pedro Sancho de Hoz
Pedro Sancho de Hoz, antiguo secretario de Pizarro, arribó
al Perú cuando Valdivia preparaba su hueste conquistadora.
Sancho de Hoz poseía una capitulación que lo autorizaba
para conquistar la Terra Australis, es decir, los territorios ubicados
al sur del Estrecho de Magallanes.
Este hecho y las relaciones que tenía en
la Corte, movieron a Pizarro a incentivar su incorporación
a la sociedad formada por Valdivia y Martínez, con el compromiso
de aportar caballos, corazas y dos navíos con víveres
necesarios para la expedición, elementos que debía
entregar al cabo de 4 meses.
Como el inesperado socio no cumplió con
lo prometido, una vez expirado el plazo, Pedro de Valdivia -quien
ya estaba en camino hacia Chile- dio por disuelta la sociedad.
Más adelante, cuando la expedición se encontraba
en Atacama, Sancho de Hoz intentó asesinar a Valdivia para
arrebatarle el liderazgo de la expedición; sin embargo,
el motín fracasó
y el conspirador fue detenido.
El viaje
Pedro de Valdivia salió del Cuzco en enero de 1540 con casi
mil indígenas auxiliares -es decir, yanaconas o indígenas
de servicio- y unos cuantos españoles, a los que en el camino
se agregaron varios más que provenían de las fracasadas
expediciones al Altiplano. Así, llegó a conformar
un grupo de 153 conquistadores que lo acompañaban.
Siguiendo la ruta del Desierto de Atacama -la
misma por donde había vuelto Almagro al Perú-, al
llegar al valle de Copiapó tomó
posesión del territorio en nombre del Rey, para luego continuar
hacia el sur. En diciembre arribó al valle del Mapocho,
donde finalmente decidió establecerse.
Fundación de Santiago
Después de reunir a los caciques de los alrededores, Pedro
de Valdivia fundó la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo,
a los pies del cerro Huelén, el 12 de febrero de 1541, procediendo
de inmediato a trazar las calles, tarea que fue encargada al alarife
Pedro de Gamboa. Un mes después, instaló el Cabildo.
Ante el insistente rumor que corría entre
los indígenas acerca de que Diego de Almagro el mozo, hijo
del adelantado, había dado muerte a Pizarro, esta institución
nombró
a Valdivia Gobernador y Capitán General en nombre del Rey. Él
rechazó tal distinción, pues equivalía a romper
sus lazos con Pizarro, de quien no se sabía a ciencia cierta
que hubiese muerto.
Finalmente, el 11 de junio de 1541, aceptó la
designación, quizás previendo que sus reiteradas
negativas podrían llevar a los cabildantes a buscar a otra
persona que sí aceptase.
Entre las primeras medidas tomadas por Valdivia,
se cuenta la organización del trabajo indígena en
los lavaderos de oro de Marga Marga y el inicio de la construcción
de un bergantín para comunicarse con el Perú.
La destrucción de Santiago
El 11 de septiembre de 1541, la aparente calma que reinaba en Santiago
del Nuevo Extremo se vio quebrada cuando los indígenas
dirigidos por el cacique Michimalonko, cayeron sobre la nueva
ciudad.
Valdivia no se encontraba en ella, puesto que
había partido a deshacer algunas juntas de indígenas.
Entonces, Inés Suárez, la única mujer en la
expedición, se destacó
por el liderazgo y ardor con que asumió la defensa del poblado.
Este episodio significó
un retroceso en la Conquista, que sólo podría reiniciarse
en 1543 con la llegada de nuevos recursos. De hecho, la destrucción
de Santiago obligó a Valdivia a organizar la reconstrucción
de las casas, el cuidado de los pocos animales que se salvaron,
la siembra de unos puñados de trigo y, por último,
el envío de Alonso de Monroy al Perú en busca de
auxilios.
Nuevas iniciativas
Con los recursos de armas, ropa y otros víveres llegados
en la nave Santiaguillo, en septiembre de 1543, Valdivia estuvo
en mejores condiciones para afianzar su objetivo. Envió
a Juan Bohón a fundar una ciudad en el punto intermedio
entre Santiago y el inicio del Desierto de Atacama: La Serena,
instalada en el valle de Coquimbo.
Aprovechando la llegada de refuerzos desde el
Perú en la nave San Pedro, que era comandada por Juan Bautista
Pastene, entregó a este la tarea de explorar y reconocer
el sur del territorio. Ambas naves, la San Pedro y la Santiaguillo,
fueron conducidas por Pastene hasta los 41° y 25' de latitud
sur. A bordo también viajaban Gerónimo de Alderete
y Rodrigo de Quiroga quienes tomaron posesión de esos territorios.
En febrero de 1546, Valdivia inició la
expedición al sur. Acompañado por 70 hombres, llegó hasta
la desembocadura del río Biobío, donde pretendía
fundar una ciudad; sin embargo, la hostilidad de los indígenas
lo desalentó
y volvió a Santiago en marzo de 1547.
Viaje al Perú
Entre 1547 y 1548 Valdivia permaneció en el Perú;
varias fueron las razones que lo llevaron hacia el Virreinato.
En primer lugar, la insurrección que contra el Rey protagonizaban
los hermanos de Francisco Pizarro, quien efectivamente había
muerto. Ante este hecho, el monarca había decidido la creación
del Virreinato, contrariando los deseos de los hermanos del finado
capitán.
Por otro lado, Valdivia debió viajar por
la necesidad de obtener más recursos y hombres, como asimismo
el reconocimiento de su labor conquistadora. En el Perú,
se puso bajo las órdenes del Virrey Pedro de La Gasca y
participó en la Batalla de Xaquixahuana, donde los pizarristas
fueron derrotados. Reconociendo sus servicios, La Gasca aprobó el
título de Gobernador que le había concedido el Cabildo
de Santiago; ahora ocupaba el cargo en propiedad y conforme a las
leyes.
Juicio en el Perú
Reunidos los hombres e iniciado el camino de regreso a Chile, Valdivia
fue detenido y conducido a Lima. La razón de esto era
una orden cursada por La Gasca, quien lo sometería a proceso
judicial. El origen de este juicio estuvo en que cuando en Chile
Valdivia había hecho pública su intención
de trasladarse al Perú, varios conquistadores pretendieron
hacer lo mismo, pero para abandonar el territorio. La Conquista
se complicaría, pues contaría con menos hombres.
Ante esto, ideó el ardid de permitir que las cantidades
de oro que cada uno quisiera llevar al Perú fuesen embarcadas,
tomándose nota de ello. El día fijado para el zarpe,
Valdivia se escabulló
sin que nadie lo notase. La acusación de hurto había
llegado a Lima junto a otras, como la relativa a la relación
que mantenía con Inés Suárez. En el juicio,
Valdivia justificó su conducta y demostró que había
dado orden a sus lugartenientes de cancelar las deudas con el oro
producido por sus propios indígenas. En cuanto al otro cargo,
se le conminó a traer a su mujer a Chile y casar a doña
Inés.
Mira hacia el Sur
Entre 1549 y 1553, después de su llegada a Santiago, Valdivia
emprendió la conquista del Sur del territorio, labor compleja
por la gran resistencia indígena que encontró. No
obstante, en 1550 se dirigió a la zona del Biobío,
donde después de enfrentar a los indígenas y derrotarlos
en la Batalla de Andalién, fundó la ciudad de Concepción.
Más tarde -y a medida que se adentraba en territorio mapuche-
vendrían las fundaciones de La Imperial, Valdivia y Villarrica,
entre otras. A los habitantes de las nuevas ciudades se entregaban
tierras y las correspondientes encomiendas para el trabajo de los
lavaderos de oro, como el de Quilacoya, en las cercanías
de Concepción.
El levantamiento de 1553
Después de una breve estadía en Santiago, Valdivia
partió nuevamente a Concepción en diciembre de 1552.
Desde allí envió algunas expediciones a recorrer
los territorios australes y, con el fin de mantener abierto el
camino entre Concepción y La Imperial, ordenó
la fundación del fuerte de Arauco (1553). Posteriormente,
estableció los de Tucapel y Purén en la Cordillera
de la Costa. Para defender a los habitantes de la zona de Malleco
fundó la ciudad de Los Confines, actual Angol, equidistante
de los fuertes.
Uno de los primeros síntomas de la gran
rebelión indígena que se acercaba fue el ataque que
sufrió el fuerte de Tucapel en diciembre de 1553, al que
Valdivia decidió ir personalmente. En las proximidades,
las fuerzas organizadas por Lautaro -su antiguo caballerizo, es
decir, quien atendía sus cabalgaduras, al que llamaba Alonso-
lo atacaron. Según el relato de los cronistas, Valdivia
fue capturado y muerto por un golpe de macana; su cabeza habría
sido clavada en una pica y su corazón divido en pedazos
que luego habrían comido los caciques.
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