“100 Años Cardenal Raúl Silva Henríquez”
Sellos 2214-2217
El amor a Jesucristo y a la Iglesia, su opción radical por la promoción de la dignidad de la persona humana, preferentemente de los más pobres y perseguidos, su pasión por Chile y su gente, son signos que convierten al Cardenal Raúl Silva Henríquez en una figura trascendente en la historia de Chile
y de la Iglesia.
Don Raúl Silva Henríquez nació el 27 de septiembre de 1907 en Talca. Estudió la enseñanza primaria en esa zona, la secundaria en el Liceo Alemán de Santiago, e ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Aunque se recibió de abogado en 1929, en el tercer año de la carrera
ya había decidido consagrarse a la vida religiosa. Su primera elección fue la Compañía de Jesús, pero posteriormente se acercó al Patrocinio de San José donde conoció el carisma y la espiritualidad de San Juan Bosco y la Congregación Salesiana.
En 1930 ingresó al Noviciado Salesiano. Estudió Filosofía en Chile y se doctoró en Teología y Derecho Canónico en el Estudiantado Internacional de Turín de la Congregación Salesiana. Fue ordenado sacerdote en Turín, Italia, el 4 de julio de 1938 por el Cardenal Maurilio Fossati, Arzobispo de Turín.
A su regreso a Chile enseñó Derecho Canónico, Teología Moral e Historia Eclesiástica en el Teologado Salesiano de Santiago. Fue rector del Liceo Manuel Arriarán Barros, de los colegios Patrocinio San José y La Gratitud Nacional, del Seminario mayor Salesiano y del Estudiantado Teológico Salesiano. Se le confió también
la organización del Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) y también la integración de las obras asistenciales y caritativas de la Iglesia, con el nombre de Cáritas-Chile.
En 1959 fue elegido Obispo de Valparaíso por el Papa Juan XXIII. Su lema episcopal fue “Caritas Christi urget nos” (La caridad de Cristo nos urge). En 1961 Juan XXIII lo eligió Arzobispo de Santiago, sucediendo al Cardenal José María Caro. En marzo de 1962 fue creado Cardenal por el Papa Juan XXIII, con el título
de San Bernardo en las Termas.
En su calidad de Arzobispo de Santiago tuvo activa participación en el Concilio Ecuménico Vaticano II, en sus cuatro Sesiones, destacándose como una de las figuras más preclaras de la Iglesia de América Latina. Le correspondió participar en los Cónclaves que eligieron a los Papas Paulo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo
II. También participó en el Primer Sínodo Mundial de Obispos convocado por el Papa Paulo VI en septiembre-octubre de 1967, y en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Puebla, 1979. Fue miembro de varias Congregaciones de la Curia Romana y desempeñó en numerosas oportunidades el cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal
de Chile. Por ser Arzobispo de Santiago, fue también Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Como pastor de la Iglesia de Santiago organizó la Arquidiócesis en Decanatos, Zonas Pastorales y Vicarías Especializadas. Fundó numerosas instituciones de formación religiosa, de promoción social, de defensa de
la justicia y de los derechos humanos, como el Comité Pro Paz y posteriormente la Vicaría de la Solidaridad. Su labor en defensa de los derechos humanos le valió el reconocimiento de diversas organizaciones. La Organización de Naciones Unidas le confirió en 1978 el Premio Derechos Humanos por la acción destacada de la Vicaría de la
Solidaridad durante el régimen militar.
Dejó el cargo en 1983 y le sucedió Mons. Juan Francisco Fresno. Posteriormente se dedicó durante diez años a la asistencia espiritual en el Seminario Pontificio Menor, en el Instituto de Humanidades Luis Campino y en el entonces Instituto Profesional Blas Cañas, hoy Universidad Católica Cardenal
Silva Henríquez donde entregó el legado educativo de su vocación salesiana.
El Cardenal Raúl Silva Henríquez falleció en Santiago el 9 de Abril de 1999. Sus documentos, mensajes y cartas constituyen una pieza invaluable para comprender varias décadas de nuestra historia. Sus reflexiones sobre lo que llamó “el alma de Chile” y
su testamento espiritual han sido fuente inspiradora del sustrato valórico del país. |