“FUENTE DEL
BICENTENARIO”
Sello 2163
En el marco del Bicentenario
de la Independencia de nuestra Patria, la Municipalidad de
Providencia ha querido entregarle a la ciudad de Santiago
una fuente de agua del nivel de las fuentes que existen en
las grandes capitales, las que suelen constituirse en íconos
de identidad urbana. Con ella se pretende abrir desde ya un
espacio de tiempo que prepare el ambiente y sea digno preludio
de la celebración del Bicentenario.
Esta Fuente se sitúa
en el extremo oriente del Parque hoy llamado Balmaceda, diseñado
en 1930 por el paisajista austriaco Oscar Praguer, que fue
traído a Chile desde Argentina por el intendente Alberto
Mackenna para desarrollar inicialmente los jardines del Cerro
San Cristóbal, hoy Parque Metropolitano.
El proyecto de Praguer se
conformaba como un gran valle, bordeado de especies arbóreas
bajas, las que, junto con aislarlo del tráfico contiguo,
venían a conformar una perspectiva hacia las altas
cumbre de la Cordillera de Los Andes. Esta fue la primera
intervención paisajística en Chile que introdujo
la flora nativa entre sus especies arbóreas.
El Parque Balmaceda, junto
al río, al pie del San Cristóbal y de cara a
la cordillera, ha tenido diversos nombres a lo largo de sus
más de 70 años de vida, y ahora ha pasado a
formar parte del proyecto "Circuito de Parques Integrados
de la Municipalidad". Los parques del Canal San Carlos,
los parques Uruguay y Santa María en las riveras del
río Mapocho, el Parque Bustamante y una futura Avenida
Parque en Santa Isabel, conforman el cinturón verde
exterior del Circuito de Parques Integrados de Providencia.
Cuando se proyectó
el conjunto de las Torres de Tajamar, el más alto de
su época, y que da remate al Parque Balmaceda, se abrió
un gran debate respecto a la inconveniencia de obstruir la
vista hacia las hermosas cumbres nevadas.
La Municipalidad, en su
constante preocupación por preservar y aún rescatar
el patrimonio arquitectónico y paisajístico
de la ciudad, realizó ya un ordenamiento, en forma
de plaza, de la playa de estacionamiento existente al pies
de estas torres, de manera de prolongar el cauce verde hasta a los edificios, sin eliminar este servicio para la ciudad.
La Fuente del Bicentenario
no solo se constituye, así, en un magnifico recordatorio
del Bicentenario que se aproxima, sino que además viene
a completar la labor de rescate patrimonial del sector. Respetando
la forma de valle concebida por Praguer, la Fuente, con sus
hileras paralelas de chorros de agua, blanca, verdosa y celeste,
continúa la perspectiva vegetal, elevando la vista
por sobre las torres hacia Los Andes.
Por el profundo significado
patrio y por la trascendencia urbana de esta obra, llamada a convertirse en carta de presentación de la comuna
y de la ciudad toda, si inauguración será recordada
con la emisión de un sello postal. |