180
AÑOS DE LA CORTE SUPREMA
Sello nº 2134
Los orígenes
de la Corte Suprema se remontan en Chile a 1823, oportunidad
que mediante la dictación de una nueva Constitución
se logra instalar y organizar, con similares características
a las actuales, nuestro máximo tribunal. Su integración
original estuvo compuesta por connotados juristas, designándose
como primer Presidente a don José Gregorio Argomedo
y como Ministros a los señores Lorenzo Villalón,
Francisco A. Pérez y Gaspar Marín. En el cargo
de Procurador Nacional fue nombrado el insigne jurista don
Mariano Egaña.
Durante su primera etapa
la Corte fue albergada por diversas dependencias, pero sin
detentar el uso exclusivo en ninguno de ellas. Así,
debió compartir oficio con otras instituciones tales
como el Senado, el Consulado y la Caja del Crédito
Público, siendo trasladada en 1845 al edificio de la antigua Real Casa de Aduanas, en donde permaneció por
varias décadas, convirtiéndose aquél
en el primer establecimiento de uso privativo de la Corte.
Será sólo en 1915 cuando se materialice su actual
instalación en el Palacio de Tribunales.
Situado en calle Compañía,
entre Bandera y Morandé, frente a la Plaza Montt-Varas,
el edificio del Palacio de Justicia fue construido entre los
años 1905 y 1930 por la Inspección de Arquitectura
del Ministerio de Industrias y Obras Públicas. Sus
primeros proyectistas, en el siglo XIX, fueron Manuel Aldunate,
Fermín Vivaceta y José T. Gandarillas.
Fue construido en dos etapas.
La primera, desarrollada entre los años 1905 y 1911,
comprendió el sector poniente del edificio y el ingreso
principal, constituyendo una de las primeras obras fiscales
construidas en hormigón armado. La segunda etapa de
construcción se desarrolló entre los años
1928 hasta su culminación en 1930, edificándose
el sector oriente del inmueble.
La construcción del
palacio significó la demolición del antiguo
edificio del Tribunal del Consulado, que había sido
inaugurado en el año 1807, habiéndose celebrado
en su gran salón el Cabildo Abierto que dio origen
a la Primera Junta de Gobierno, en 1810. Posteriormente, el
inmueble fue la sede del Congreso Nacional, entre los años
1829 hasta 1877, albergando luego a la Biblioteca Nacional
hasta 1905 año en que ésta debió trasladarse
para dar paso a las obras de construcción del Palacio.
Emanado del proyecto del
arquitecto francés Emilio Doyére y su discípulo
Alberto Schade, destacan su marcado estilo greco-romano con
fuertes influencias francesas, el ladrillo y adobe empleado
en la parte antigua y su construcción de hormigón
armado en la nueva.
También cabe mencionar
su hall de acceso, que da paso a la escala principal del edificio
construida en mármol y decorada con la presencia de
dos cariátides, columnas en forma de mujer, creadas
por el escultor catalán Antonio Coll y Pi.
El Palacio de los Tribunales,
a través del imponente volumen que le dan sus tres
pisos, domina la denominada Plaza Montt-Varas, ocupando con
su fachada principal, de austera ornamentación y marcada
por la severidad del sello oficialista, toda la longitud de
la manzana.
Su pórtico ligeramente
saliente del resto del edificio, se encuentra formado por
dos gruesas y cortas columnas centrales y dos medias columnas
laterales, las que sostienen el balcón de doble altura
desde donde nacen las cuatro altas columnas de capitel jónico
(dos columnas centrales y dos medias columnas laterales) que
junto a las pilastras laterales, sustentan el gran frontón
y su entablamiento. A ambos lados del frontispicio se destacan
columnas adheridas de doble altura que modulan y enmarcan
la fachada. Se repite un frontón semejante, pero en
menor escala, en cada uno de los extremos de la fachada.
En su interior se distribuyen
sus tres plantas a través de pasillos, laterales a
media altura que relacionan las distintas dependencias del
recinto, unidos todos por una galería de triple altura
que cruza el edificio en toda su longitud, y una estructura
metálica que da forma y sustento a una abovedada cubierta
vidriada.
Por su ubicación,
el Palacio viene a formar parte de un importante conjunto
armónico e histórico que junto al edificio de
la ex Real Aduana al oriente, el del ex Congreso Nacional
al norte y los restos del edificio del “El Mercurio”
al poniente, rodean la Plaza Montt-Varas, creando uno de los
más importantes puntos de atracción histórico-arquitectónica
del centro cívico de nuestro país.
Nuestra Corte Suprema, en
sus 180 años de existencia ha sido la depositaria de
la superintendencia directiva, correccional y económica
de todos los tribunales de la República, y no obstante
las precarias condiciones iniciales y las innumerables dificultades
materiales que a lo largo de su historia ha debido sortear,
ha caracterizado su labor por una incuestionable moralidad,
rectitud, entereza y sapiencia de sus integrantes, lo que
la ha transformado en el baluarte fundamental de nuestra justicia,
símbolo del Estado de Derecho, contribuyendo así
de manera eficaz al desarrollo de nuestras instituciones republicanas. |