200 AÑOS
ALEXANDER VON HUMBOLDT
SELLO Nº1945-46
El 16 de julio de 1999 se cumplieron
200 años del desembarco del gran naturalista germano Alexander
von Humboldt y del botánico francés Aimé Bonpland,
en Cumaná (Venezuela). Esto representa simbólicamente
el inicio del descubrimiento científico de América,
confrontado con el descubrimiento geográfico, realizado
por Cristobal Colón tres siglos antes (1492).
La expedición organizada por Humboldt fue la primera que
se efectuó con fines estrictamente científicos, a
diferencia de los viajes anteriores alrededor del mundo, patrocinados
por otros países europeos, que esencialmente perseguían
fines políticos y coloniales. Humboldt con la experiencia
recogida en su viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente
(1799-1804) dio a conocer en Europa la importancia y el real valor
de América, hasta entonces subestimada por una serie de
mitos y prejuicios. La hazaña de Humboldt marcó un
hito en la investigación moderna, conmovió los círculos
científicos europeos y estimuló a muchos investigadores
a seguir su huella. Como hechos puntuales señalamos el estudio
científico de la corriente fría del Pacífico,
que lleva su nombre y la sugerencia que hizo al Presidente Jefferson
de U.S.A. para abrir el Canal de Panamá.
Humboldt tenía un profundo sentido humanista. Rechazó
la esclavitud en las colonias españolas de América,
inquietud que compartió con Simón Bolivar y lo motivó para
transformarse en el paladín de la independencia americana.
Con una visión globalizadora y unitaria, Humboldt armonizó las
Ciencias Naturales con la Filosofía de la Naturaleza y el
Arte. Así, en “Cosmos”, su obra magistral, nos
muestra una imagen científica empírica de la totalidad
de la Naturaleza, como si fuese un completo y bello retrato de
ella.
El científico prusiano fue realmente un genio universal
y ningún campo del conocimiento le estuvo vedado. En su
ruta por América nunca estuvo en Chile, pero tuvo gran interés
y aprecio por este país, estimuló
a otros naturalistas a continuar sus estudios e influyó
en la colonización alemana del Sur de Chile, cuyos valiosos
frutos todos conocemos.
Junto a su hermano Guillermo- gran humanista y filólogo-
perteneció a la elite intelectual europea de la Ilustración,
como Goethe y Schiller, y tuvo estrecho contacto con los grandes
investigadores de la época, entre otros J.L Gay- Lussac,
D.F Arago y J. Von Liebig. En 1829 realizó una expedición
científica al Asia Central. La amplitud y solidez de sus
conocimientos valieron que Emerson lo calificara como el “Aristóteles
moderno”.
Son numerosos los personajes relacionados con Chile sobre las cuales
influyó Humboldt. Entre otros están A. Bello, E.
Poeppig, J.M. Rugendas, B.E Philippi, J.J Bruner, F. Fonck, V.
Pérez rosales y B. Vicuña Mackenna. Destacamos al
Abate molina (1740-1829), religioso jesuita y gran naturalista
considerado como el primer científico chileno. Molina, en
su exilio, fue profesor de la Universidad de Bolonia, dio a conocer
Chile en Europa y tiene el mérito de ser el precursor del
evolucionismo biológico. Contemporáneo de Humboldt,
conoció sus obras e intercambió
con él sus experiencias sobre variados tópicos de
las Ciencias Naturales.
Con una especial recomendación al Gobierno Chileno, llegó don
Rodolfo A. Philippi (1808-1904) con una carta de Humboldt (1850).
Se trataba de un prestigioso médico y naturalista de Kassel,
hermano de Bernardo Eunom Philippi, que abandonó Alemania
a raíz de la Revolución de 1848.
Traía el encargo de continuar el estudio de la corriente
fría del Pacífico. Su obra científica e intelectual
en Chile fue muy amplia, lo mismo que su valiosa descendencia,
profundamente inserta en la sociedad chilena.
Además de estas figuras tradicionales, es digno destacar
que la investigación científica mundial y nacional,
se ha beneficiado con el apoyo de la Fundación Alexander
von Humboldt.
Esta, desde 1953, ha becado en Alemania a 18.000 científicos
de diversos países del mundo, de los cuales cerca de 170
son chilenos, para realizar diversos proyectos de investigación
en universidades germanas y aplicar las experiencias recogidas
al reintegrarse a su país de origen. Este gesto mecénico
hace realidad el pensamiento de Humboldt:¡el hombre debe
querer el bien y la grandeza!. |