En la conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano realizada en 1972, los países del mundo acordaron proteger el Medio Ambiente y utilizar racionalmente los Recursos Naturales. Meses después nació el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Cuando en 1982 se celebró en Nairobi, Kenia, el 10º Aniversario de la conferencia de Estocolmo, se evaluaron los resultados y se comprobó que la promesa de protección ambiental, firmada por 110 países, se había cumplido sólo en parte y que era necesario acrecentar los esfuerzos para lograr un desarrollo equilibrado y sostenido, produciendo la menor destrucción posible del entorno y de la Naturaleza. Más de 140 países firmaron el llamado compromiso de Nairobi.

Ya han pasado 4 años y no es mucho lo que se ha avanzado, ya que es muy difícil crear la tan necesaria conducta ambiental entre los habitantes del planeta, habiéndose demostrado que no basta con prohibir la contaminación, sino que hay que desarrollar la conciencia ecológica entre los ciudadanos.

El Gobierno de Chile ha mostrado un interés creciente en identificar y resolver los problemas propios de los países en desarrollo y que nosotros estamos sufriendo en gran medida.

La Carta fundamental de 1980 es concluyente en cuanto a garantizar un entorno libre de contaminación y a tutelar la preservación de la Naturaleza. Además en 1984 se creó la Comisión Nacional de Ecología y en 1985 la Comisión de Legislación del Medio Ambiente, la primera destinada a diseñar una Política Ambiental y la segunda encargada de elaborar una legislación acorde con un desarrollo sostenido y no destructivo, de tal modo que el hombre sea el objetivo final del progreso y no su precio.

Por otra parte la Educación Ambiental que se está propiciando intentará hacer entender a la juventud que la Defensa del Medio Ambiente, no es sólo una frase sino una acción en la que todos debemos participar.