“CENTENARIO
NACIMIENTO PADRE JOSE KENTENICH”
El Padre José Kentenich
nació en Gymnich, Alemania, el 18 de Noviembre de 1885
y fue ordenado sacerdote en 1910. A partir de 1914, con un
grupo de jóvenes, fundó la que llegaría a ser la Obra Internacional de Schöenstatt. Este movimiento
apostólico plural (laicos y sacerdotes) alcanzó
una rápida expansión en Alemania y, a partir
de la postguerra a nivel mundial.
En 1941, el P. Kentenich fue detenido por la policía
política nacional socialista y se le envió al
campo de concentración de Dachau, donde permaneció
hasta abril de 1945. Después de ello realizó
numerosos viajes internacionales al Africa, Latinoamérica
y EE.UU.
Con ocasión de tales viajes, visitó Chile en
nueve oportunidades para animar la naciente Familia de Schoenstatt
aquí. Sus estadías en nuestro país estuvieron
marcadas por un hondo contacto con nuestro pueblo, cuya alma
y cultura se esforzó por conocer. Al visitar Santiago,
le impresionó el significado de la estatua de la Inmaculada
sobre el Cerro San Cristóbal. Y al inaugurar el Santuario
de Schöenstatt (La Florida, Santiago), dijo de la virgen:
“Ella quiere ser la educadora del pueblo chileno”.
En 1951, el P. Kentenich fue separado de su función
por la iglesia, con el fin de someter a aquella a una prueba
de autonomía. Ello le significó un largo exilio
en Milwaukee, EE.UU. En Navidad de 1965, fue rehabilitado
plenamente por el Santo Padre Paulo VI y pudo volver a Schöenstatt
(Alemania). El día 15 de septiembre de 1968 muere,
inmediatamente después de haber celebrado la Eucaristía.
El mismo había solicitado, durante el período
de mayor incomprensión hacia él de parte de
la iglesia, que sobre su tumba se escribiese una frase que
describe su vida entera: “Dilexit Ecclesiam”-
“Amó a la iglesia”. En 1980, el Santo Padre
Juan Pablo II, en su visita a Alemania y posteriormente en
Roma, lo distinguió públicamente como una de
las grandes figuras sacerdotales contemporáneas.
Profundo conocedor de los problemas y anhelos de nuestro tiempo,
el P. Kentenich tuvo siempre como preocupación central
la de ofrecer al hombre y a la sociedad de hoy caminos que
le procurasen una honda vivencia de fe. “Cuanto más
violentamente estén las personas y las comunidades
expuestas a la sugestión del ambiente y de la masa,
tanto más vigorosamente queremos cultivar y desarrollar
creadoramente la conciencia de nuestra propia misión.
Dicha conciencia debe penetrar por entero la intimidad de
la persona, vencer la desidia y los respetos humanos, y llenarnos
de entusiasmo por un abnegado servicio a los hombres”.
P.SIDNEY FONES INFANTE
PRESIDENTE
Familia de Schöenstatt-
Chile |