La Rebelión de los Bóxer
Levantamiento nacionalista chino, que tuvo lugar en 1900, tenía como principal objetivo la expulsión de China de todos los extranjeros, los representantes de potencias foráneas y los chinos cristianos. En 1899 una sociedad secreta de súbditos
chinos denomonados Yihetuan (Puños honrados y armoniosos), conocidos por los occidentales como bóxers debido a sus rituales de artes marciales que según ellos creían les hacían invulnerables a las balas, inició
una campaña de terror contra los misioneros cristianos de las provincias del noreste. Aunque públicamente condenados, los bóxers estaban apoyados de forma clandestina por muchos miembros de la corte real, entre los que se encontraba la emperatriz viuda Ci Xi.
Cuando estas bandas entraron en Pekín, las potencias extranjeras enviaron una pequeña columna de ayuda desde Tianjin para asegurar sus intereses y proteger a sus súbditos. El 13 de junio Ci Xi ordenó a las tropas imperiales que hicieran regresar a esta columna,
y la consiguiente crisis culminó el 18 de junio de 1900 en un levantamiento general contra los extranjeros en Pekín. Muchos extranjeros se refugiaron en las legaciones extranjeras que estaba sitiada por los rebeldes. Una expedición de ayuda más numerosa formada
por tropas británicas, francesas, japonesas, rusas, alemanas y estadounidenses liberó el barrio asediado y ocupó Pekín el 14 de agosto de 1900. Ci Xi y su corte huyeron a Xi'an. Las fuerzas de liberación se apoderaron de la ciudad, y tras el saqueo se
dedicaron a castigar toda acción contra los extranjeros, hasta que se firmó un acuerdo de paz el 7 de septiembre de 1901.
La derrota tambien desacreditó a la dinastía gobernante Qing y aceleró los acontecimientos políticos que llevaron a la revolución China.
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