EMISIÓN PUEBLOS ORIGINARIOS: SELK’NAM
Esta emisión postal está basada en fotografías del sacerdote y antropólogo alemán Martín Gusinde, quien fue testigo del ocaso de los hombres de la Tierra del Fuego, ya diezmados por el agresivo contacto con la civilización occidental y al borde de la extinción.
Entre 1918 y 1924, Gusinde llevó a cabo cuatro expediciones a Tierra de Fuego, realizando un minucioso estudio de la cultura del los Solk’snam, yámanas y kaweskar. Durante sus viajes, Gusinde denunció con energía al exterminio de los pueblos patagónicos por colonos, estancieros y aventureros blancos, tomó cientos de fotografías y notas de campo sobre la vida cotidiana y los ritos y ceremonias de esas etnias, y reunió una gran colección de objetos etnográficos.
Los Onas celebraban ritos de iniciación masculina durante los cuales los ancianos revelaban los secretos tribales a los jóvenes o Klóketen. Tal rito iniciático era llamado Hain y se realizaba alrededor de los 18 años, dando a los jóvenes la categoría de adultos. Los ritos se basaban en un mito que narraba cómo en un tiempo mítico las mujeres mantenían dominados a los hombres disfrazándose de espíritus y como Sol descubrió la postura; por ese motivo, todas las mujeres, excepto su esposa Luna, fueron asesinados y desde entonces, los hombres se apropiaron del engaño y continuaban representándolo para dominar a su vez a las mujeres.
Sello 2582 : Tanu, la enigmática
Representaba su autoridad, actuando como mensajera y testigo de lo que ocurría en el Hain. Exhibía una figura extraordinaria. Llevaba pinturas que simbolizaban uno de los cuatro cielos. Muy alta, su cuerpo era ancho casi rectangular, la parte superior tenía forma cónica. La estructura, sujeta por los hombre, se confeccionaba con arcos amarrados cubiertos con la piel de guanaco y rellenos de juncos, hierbas y hojas. Solo se asomaban las pantorrillas y los pies del “actor”. En los tiempos míticos, la mujer que la re presentaba se transformó en una pequeña ballena, motivo desde el inframundo en el interior del Hain los hombres silban. Caminaba de espalda, dando pasos laterales con ucha lentitud, luchando con la pesada carga de su atavío, siempre acompañada de un anciano que la guíe e impide que tropiece.
Sellos 2583 : Halaháches, (Kotaix) payaso con cuernos
Llamado Halaháches por las mujeres y Kotaix por los hombres, es en cierto sentido el contrario de Xalpen (espíritu femenino subterráneo, de gran importancia en la ceremonia del Hain). Es un espíritu masculino del cielo. Le arrebata la supremacía a Xalpen. Cuando aparece el el Hain, ella retorna de inmediato a las profundidades de la tierra. A veces, en medio de los arrebatos de Xalpen, los hombres empiezan a llamarlo, secundados por las mujeres que cantan su nombre para darle la bienvenida porque saben que al presentarse hará desaparecer a Xalpen. A su vez preparan una cantidad de bolas de nieve para arrojárselas pues tiene un carácter cambiante y puede dar muerte a los varones. Halaháches es grotesco e inspira temor, pero si está de buen ánimo es cómico. Cuando sale de Hain con un gran salto, el público ve un ser de cuernos largos, más bien gruesos, que se vuelven con rapidez, belicosidad y mirada torva. Los cuernos se4gún la mitología, resultan de antepasado mítico que desempeñaba este papel y se transformó en un pez con cuernos. Se sujeta el mentón con la mano izquierda y el codo levantado, mientras aferrando un palo largo con la otra va describiendo semicírculos en movimientos arrasadores. Avanza con amplios saltos laterales separando las pierna, con el torso inclinado hacia adelante y las rodillas un poco flexionadas. El cuerpo es blanco y lleva rayas rojas, con su máscara ajustada a la cabeza y cuello. No se suelta nunca el mentón y jamás varia su posturas más bien gacha ni su mirada fija. Sucede de continuo de un lado a otro y, en sus saltos laterales se mueve siempre impulsándose con el brazo derecho. Es ágil para esquivar las bolas de nieve que le arrojan las mujeres. A diferencia de Xalpen, Halaháches aniquila a los hombres a plena vista del público sobre el escenario. Los va matando de a dos por vez. Dándoles golpes mortales con un garrote. Saca del Hain, arrastrándolas por pares a sus futuras víctimas y les da muerte en medio de una arremetida de proyectiles de nieve y gritos femeninos. Finalizada la tarea, los arrastra de vuelta a la choza ceremonial, donde el pequeño Olum obrará prestamente sus milagros.
Sello 2584 : Matan. Espíritu bailarín
Matan es el gran bailarín del Hain. Cuando desciende del cielo es aclamado con entusiasmo por el público y más aún cuando ejecuta sus asombrosos saltos verticales. Se lo presenta con cuatro dibujos, pintados de distinta manera, representando cada uno de los “cielos” (puntos cardinales). Un chaman precede a Matan para anunciar su llegada a las mujeres, que acuden presurosas al borde del escenario aclamando su nombre. Matan entra con un gran salto. Las mujeres le solicitan que se acerque más a ellas, él cautiva a todos los presentes.
Sello 2585 : Shoort Jóichik, espíritu dinámico
Shoort es el espíritu más dinámico del Hain, y el más temido por las mujeres. Su esposa es Xalpen, con quien vive pajo la tierra. El único espíritu que actúa todos los días (si el clima lo permite); y también es el único espíritu ataviado que se interesa en el campamento entre mujeres y los niños. Aparece con diferentes atributos, a veces de a dos. Hay siete “Shoort principales”, por cada uno de los siete postes de la choza ceremonial y por ende cada uno de los siete “cielos” de filiación territorial y de linaje de cada selknam y haush. Existen ocho denominaciones que se atribuyen a los Shoort, de acuerdo al momento del día en que se presenta. Así,si lo hace en las primeras horas de la tarde, su atuendo representará al lapso de tiempo que recorre el sol en el cielo en ese trance. A cada uno de los Shoort le corresponde un nombre individual y un dibujo con pintura distintiva. En todos los casos estará adornado con círculos dibujados con tiza. La pintura de la máscara es complemento de la pintura del cuerpo. Antiguamente la máscara pudo ser cónica, como en la mayor parte de los otros espíritus; pero en 1923 se parecía a un gorro puntiagudo que le ceñía la cabeza y el cuello.
El espíritu del Shoort era de piedra, quien lo presentara no debía dar señales de que respirara. Se presenta siempre con lo puños cerrados, el dorso de la mano vuelto hacia afuera. Al salir del Hain y al volver a entrar, se detiene, mira al público y hace el mismo ademán: alza lo brazos con los puños hacia arriba como si flexionara los bíceps. Los movimientos son rígidos y tajantes como para amedrentar al público. Antes de que Shoort salga de Hain para realizar su visita diaria al campamento, los hombres lo anuncian con cantos. Las mujeres entonces a excepción de las madres de los Klóketen-las únicas que el espíritu trata con consideración, se quedan en sus chozas y se ocultan cubriéndose con pieles de guanaco. Cuando Shoort llega, siempre viene acompañado de un Chaman que no se separa de su lado, quizás para conferirle mayor autoridad. Si hay nieve en el suelo, el chaman ira cubriendo discretamente las pisadas del “espíritu” a medida que avanza, pues no puede dejar huellas de pies humanos.
No todos los Shoort entran directamente al campamento: al que lo hace se le exige un gran adiestramiento y aptitud. Como se desplaza entre las mujeres y los niños, no puede permitirse ni el menor descuido, puesto que cualquier ademán que revelara su condición de hombre traicionaría “el secreto”. Estas visitas traen momentos de gran tensión para las mujeres, viene a amenazarlas y castigarlas si no han mantenido un comportamiento de esposa sumisa, trabajadora y hacendosa.
Si por cualquier razón, un hombre no está satisfecho con la conducta de su mujer, se lo confía a Shoort en la choza de Hain. En la próxima visita al campamento, el espíritu la buscará, tal vez sólo procure amedrentarla sacudiendo la choza o arrojándole una canasta, mientras ella se acurruca bajo una capa de guanaco. Puede ser que la pinche con un palito, o que la golpee con mayor saña y, en el peor de los casos, llegue a derribarle la choza. Acomoda el castigo a lo que le hayan contado el marido u otros hombres, así como as u propio parecer o estado de ánimo.
Cuando Shoort abandona el campamento, las mujeres – las madres de los Klóketen adelante – se precipitan hacia el límite del prado. Cantan, para despedirlo. Antes de entrar de nuevo al Hain, Shoort flexiona los bíceps y luego desaparece por un costado con un gran salto hacia adelante lanzando los pies para atrás como si se zambullera en la tierra.
Sello 2586 : Kulan, la esposa infiel
Kulan es la “mujer fatal”del Hain. Personaje interesante en un sociedad patriarcal que trataba de controlar a las mujeres, ella hacía el amor con cualquiera. Oculta en los bosques, acecha a aquellos que resultan de su agrado y los seduce. Con frecuencia lleva al cielo a sus amantes por varios días, obligándolos a mantener con ella relaciones sexuales en forma ininterrumpida. Para mantener el vigor de estos hombres, los alimenta con huevos de pingüino emperador, aves que siempre la acompañan. Sr presenta a menudo en Hain, siempre de noche, solo en algunas ocasiones los hombres anuncian su descenso de los cielos cantando . En el escenario lleva una máscara cónica, pintada comúnmente de rojo, con una franja blanca que va desde la punta de la cabeza hasta los genitales que tiene cubiertos por un taparrabo. Sus delicados pechos (bolsitas de cuero rellenas) apenas se insinúan. Por ser joven y delgada es personificada por un klóketen. Una vez que los hombres no sirven a sus propósitos, los devuelve a su campamento, los hombres regresan tambaleantes, salpicados de bosta de pingüino. Jamás se acuerdan de lo que les pasó estando en el cielo. Razón por la cual sus esposas no les hacen preguntas, se han limitado a entonar un canto para incitarla a que regrese y deje en libertad a los hombres. El marido de la lujuriosa Kulan es Koshménk “el cornudo”
Sello 2587 : Ulen, bufón masculino elegante
Espíritu masculino del sector norte de la Isla de Tierra del Fuego. Rápido y ágil como el viento, visible sólo parcialmente demostrando su sorprendente velocidad. El cuerpo de de color rojo oscuro y sobre él lineas horizontales blancas, dejando cortos tramos intermedios. En forma vertical desde el cuello pasando por el ombligo baja una linea blanca. La máscara es de color rojo más claro con tres líneas blancas en la parte superior. Su participación en la ceremonia del Hain es más teatral que ritual, es decir más profana que sagrada.
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