EXPO SEVILLA'92
El Palacio de Cristal de Londres
y la Torre Eiffel de París son algo más que dos admirables
obras arquitectónicas. Se han convertido en símbolos
de tecnología de un siglo, el XIX, que vio el impulso gigantesco
de la revolución industrial. Ambos fueron construidos como
emblemas permanentes de las exposiciones universales de 1851 y
1899, respectivamente. No sólo asombraron al público
de su tiempo sino que hoy representan para nosotros el ingenio
y el atrevimiento de una época. Ahora, la Exposición
Universal de Sevilla´92, define también una época,
con una proyección esencial de futuro.
De las ferias medievales a las
exposiciones internacionales
El concepto decimonónico de exposición tiene sus
raíces en las ferias medievales que atraían a comerciantes
y curiosos de la más variada condición desde comarcas
cercanas y regiones distantes. El intercambio comprendía
desde los artículos conocidos de uso cotidiano hasta los
géneros más exóticos, como la seda o las especies
de Oriente. Eran escaparates, mas o menos completos y de mayor
o menor proyección geográfica, de lo que el hombre
sabía y podía hacer en su tiempo y, por lo tanto,
mostrar e intercambiar.
El recuerdo de estas fechas rezuma
el aroma, el drama y la aventura de finales de la Edad Media: Marco
Polo, los mercaderes de Venecia, la Champaña y Flandes;
el eco de los grandes descubridores y hazañas de los exportadores,
que en ellas encontraban su caja de resonancia. En vista del gran
poder de convocatoria de las ferias, al amparo de su actividad
comercial específica, o tomándola como pretexto,
fueron realizándose actividades lúdicas, culturales
y festivas que acabaron por convertirse en verdaderos festivales
y certámenes paralelos.
En 1992 se cumplen cinco siglo
del Descubrimiento de América. En recuerdo de aquel hecho
histórico, España prepara una gran exposición
universal sobre el tema de los descubrimientos y recogerá el
empuje colectivo y universal de la innovación lograda desde
entonces hasta la fecha. Entre abril y octubre en Sevilla, la EXPO'92
seguirá la tradición de las grandes exposiciones,
testigos de revolución industrial y tecnológica,
de profundos cambios sociales y nuevas corrientes culturales, artísticas
y arquitectónicas. Esta última siempre ha jugado
un rol fundamental, sea como solución pretérita o
visión de futuro.
Dentro de esta magnífica
variedad, el pabellón chileno constituye un caso importante
de destacar ya que el gobierno local de Andalucía aseguró
su permanencia como parte de la futura ciudad de la Ciencia y la
Industria en que se convertirá La Cartuja. |