Para la presente emisión, que da comienzo a una serie destinada a mostrar los valores arquitectónicos del país, los cuales por sus respectivas características han sido declarados Monumentos Nacionales, se ha escogido la Iglesia Catedral de Santiago.

Este edificio fue declarado Monumento Nacional mediante Decreto del Ministerio de Educación Pública en el año 1951. Se encuentra ubicado frente a la Plaza de Armas de la ciudad de Santiago.

Su construcción fue realizada en 4 etapas, entre los años 1558 y 1748. Posteriormente se fueron agregando; en 1775 la parte posterior, a cargo de don Antonio Acuña; en 1780 don Joaquín Toesca concluyó la obra hasta la plaza; en 1846 se comienza la capilla del Sagrario y a fines del siglo XIX, durante el Gobierno del Arzobispo Mariano Casanova, se realiza su gran transformación que la muestra en su actual estructura.

Está inspirada en un estilo toscano o romano y su interior se compone de tres naves: dos laterales y una central de mayor altura. El techo está constituido por una bóveda de cañón corrido que descansa sobre pilares. En el fondo, sobre el altar mayor, la bóveda remata en una cúpula circular con tambor, Delante del altar mayor se encuentra el coro y más adelante el espacio destinado a los fieles. La decoración es abundante en pinturas y dorados. EL cielo de las naves laterales está formado de pequeñas cúpulas, una en cada tramo, que van separadas entre sí por arcos de medio punto. Las naves se comunican entre sí por detrás del altar mayor, carece de ábside. Se destaca la capilla del Santísimo Sacramento.

En 1840 el Papa Gregorio XV convierte en Catedral Metropolitana, la iglesia de Santiago. El auto de su erección se extravió por lo que el Papa Pío IX permitió que se rehiciera, quedando como fecha de la erección de la iglesia Catedral del Arzobispado de Santiago el 29 de Septiembre de 1873.

Desde 1906 la iglesia no ha sufrido modificaciones y continúa en su función de Catedral Metropolitana.