UN CHILE PARA TODOS
LOS CHILENOS
SELLO Nº1430
Compatriotas:
Pidamos a Dios que nos ayude a cumplir la tarea que Chile
espera de nosotros.
Pidámosle sabiduría para hacer las cosas bien
y no caer en errores ni torpezas.
Pidámosle prudencia para afrontar la realidad sin confundir
deseos con posibilidades y para actuar con eficacia.
Pidámosle energía para adoptar las decisiones
y coraje para no amedrentarnos ante las dificultades.
Pidámosle paciencia para superar incomprensiones y
humildad para reconocer nuestros errores.
Pidámosle que ilumine nuestras mentes y que acere nuestra
voluntad para buscar siempre y sobre todo la justicia.
Pidámosle amor para ser siempre solidarios, trabajar
todos unidos y ayudarnos mutuamente.
Chile es nuestro hogar. Cuidémoslo entre todos, para
que su pan alimente a cada uno de sus hijos y en su seno germinen
los frutos de la paz y la alegría de vivir.
Yo tengo fe. Tengo mucha fe en Chile y en su gente, en la abnegación, sensatez y fortaleza ejemplares de la mujer
chilena; en el temple e ingenio de nuestros trabajadores,
en la creatividad de nuestros intelectuales y empresarios,
en el idealismo de nuestros jóvenes, en los valores
morales de nuestras familias.
Nuestra hermosa historia patria nos enseña cómo
este pueblo pequeño y lejano, pero esforzado y emprendedor,
superando las dificultades de la pobreza y de su bella pero
loca geografía, rehaciéndose de terremotos.
Fue capaz de construir una República ejemplar, admirada
entre las naciones. Ideologizados y divididos por utopías
inconciliables, el odio prevaleció sobre la solidaridad
y la fuerza se impuso sobre la razón. Tras años
de cruentas divisiones y predominio de la violencia. Hoy nos
reencontramos nuevamente, con espíritu patriótico
y voluntad de entendimiento, dispuestos a hacer que Chile
llegue al amanecer del nuevo siglo como una nación
pacífica.
En este momento crucial de nuestra vida nacional, yo invito
a todos y a cada uno de mis compatriotas a preguntarse de
qué manera cada uno puede contribuir a la gran tarea
común y a disponerse cada cual a asumir su cuota de
responsabilidad.
El mundo nos mira. Las grandes figuras de nuestra historia
nos demandan consecuencia. Las futuras generaciones juzgarán
nuestra conducta.
La tarea es hermosa: construir entre todos la Patria que queremos,
libre, justa y buena para todos.
De nosotros depende.
Acápite del
discurso del Presidente de la República
Don Patricio Aylwin
Azócar,
pronunciado el 12 de
Marzo de 1990 en el Estadio Nacional. |