PATRIMONIO CULTURAL
Sellos nº1201-1202
Entre los diversos grupos
culturales pre- colombianos que poblaron el territorio chileno
se destacan los Diaguitas y los Mapuches.
Se reconoce que los Diaguitas tuvieron en un principio una
base común en tribus que poblaron el Noroeste argentino,
produciéndose su llegada a través de los pasos
cordilleranos a la zona Norte del territorio chileno. Esto
ocurre aproximadamente entre el siglo V y IX de nuestra Era,
teniendo un desarrollo cultural independiente como Diaguitas
chilenos.
Poblaron los valles fértiles de Copiapó, Huasco,
Elqui, Limari y Choapa como también el litoral pacifico
y todos los pequeños valles desde el mar hasta la cordillera (Norte chico: regiones III Y IV).
Fue un pueblo de rica complejidad cultural que recibió
a lo largo de su existencia la influencia del dominio incaico
y español. Hacia fines del siglo XVIII habían
sido absorbidos por la sociedad criollo- hispana. Hoy nada
queda de sus creencias, tradiciones o valores culturales.
Las evidencias arqueológicas permiten una aproximación
a las manifestaciones como es la metalurgia, el tallado del hueso y de la piedra.
Sin embargo, es en la cerámica donde la cultura Diaguita
chilena presenta su particular personalidad. El legado artístico
dejado por este pueblo se evidencia magníficamente
en su cerámica decorada. Las formas creadas son diversas,
pero se destacan los pucos, cuencos, platos zoomorfos y campaniformes,
vasos ceremoniales, jarros zoomorfos y antropomorfos, etc.,
todos profusamente decorados en una técnica muy perfecta.
Está cerámica que es dibujada y pintada utiliza
los colores negro, rojo, blanco y amarillo para los diseños,
diferenciándose de su empleo según los periodos
evolutivos que esta alfarería desarrolló (arcaico,
transición, clásico e influencia incaica).
Entre las obras de cerámica más significativa
de esta cultura es necesario destacar los tipos que aparecen
interpretados en este sello.
JARROPATO:
Cuya cabeza y cuerpo recuerda a un pato nadando, presenta
también otra variedad con cabeza antropomorfa. Ambos
tipos de jarro contienen además característica
decoración geométrica.
URNA:
Son escasa y difieren de las argentinas en la forma, decoración
y función. Sus asas son redondas. En un frente presenta
una figura antropomorfa con campos laterales con decoración
geométrica, la cual varía el color en figuras
y fondo: blanco, rojo y negro según época. Parece
que no cumplen función funeraria, siendo su altura
variable desde 15cms. 30cms. Hasta 40cms. Máximo aproximado.
Los Mapuches, son un grupo
indígena que primitivamente ocupó todo el centro
y sur del país, (Norte Chico hasta Chiloé),
de cuyo mestizaje con el europeo surgió la nacionalidad chilena.
El nombre Mapuche se compone de dos palabras: mapu- tierra
y che- gente: es la designación que como pueblo se
da a si mismo. Los españoles los denominaron araucanas
de Arauco deformación de la palabra Mapuche Ragco (rag:
greda- co: agua)- tierra gredosa. El invasor inca los había
denominado auka o guerrero. Eran nómades recolectores
y cazadores. Siendo su carácter guerrero el aspecto
más significativo.
A la llegada de los conquistadores en la primera mitad del
siglo XVI su idioma, mapu- dugnu (mapu: tierra, dugnu: lengua)
se hallaba en uso.
La característica guerrera del pueblo mapuche puso
límite a la conquista incásica y durante un
largo período de cruentas luchas, únicas en
la conquista de América, hicieron frente al sometimiento
español.
Los mapuches han conservado hasta ahora, aspectos propios
en sus costumbres, en sus actividades y en sus manifestaciones
culturales. Actualmente habita en las Regiones de la Araucanía y Los Lagos.
Caracteres propios de la técnica y la belleza de los
tejidos, valorizan artísticamente esta actividad de
la mujer mapuche. Con ella ha atendido también las
necesidades de la vestimenta. Cuando las lluvias no permiten
el alojamiento del interior de las rucas, la mujer elabora
las obras textiles.
El hombre y mujer mapuche poseen canciones para todas las
circunstancias de la vida, y a su imaginación se manifiestan
también en sus leyendas y cuentos en donde animales,
personajes reales, cosa o seres imaginarios aparecen actuando.
Rindieron, culto totémico a animales, aves, cosas y
también a un antepasado familiar. Los elementos totémicos
elegidos, como protectores del clan, fueron objeto de veneración
y respeto.
Aprendieron a sus antepasados a trabajar los metales, como
lo demuestran los diversos objetos de cobre encontrados en
antiguas sepulturas. Con al llegada de los conquistadores
españoles surge el uso de la plata en la creación
de adornos y objetos utilitarios.
Es la segunda mitad del siglo XVIII en el que la platería
se desarrolla en forma masiva convirtiéndose en la artesanía clásica de este pueblo y uno de los
fenómenos más interesantes de aculturación
artística.
Cuando aprendieron a fundir la plata, utilizaron todas las
monedas españolas que caían en su poder, realizando
los moldes de fundición con arcilla roja que encontraban
en la orilla de determinados esteros. También, a fuerza
de martillo batían las monedas hasta dejarlas reducidas
a una delgada hoja.
Entre los indígenas la profesión de platero
fue muy apreciada y con su quehacer aportaban a los caciques
una gran cantidad de elementos para engalanar a sus mujeres
y cabalgadura.
En este momento, los mapuches viven el complejo fenómeno
de transculturación en nuestro país. Muchos
hombres y mujeres son bilingües. |