SAN FRANCISCO DE ASIS
750 AÑOS DE SU
MUERTE
SELLO nº 918
Hace 750 años moría
en Asís, su pueblo natal, Francisco hijo de Pedro Bernardone.
Hijo de su época, durante su juventud aspiró
a la grandeza que le ofrecían como ejemplo las leyendas
contadas por los trovadores y las historias de los cruzados.
Enamorado de la vida y sus glorias, fue llamado Rey de la
Juventud de Asís, participó en las luchas que
se suscitaban entre las ciudades; nada hacía preveer
en él al santo cuya figura se proyecta a través
de los siglos.
Al cambiar sus ideales, tocado por la voz del Señor,
radicaliza en su vida las exigencias evangélicas. Siente
que el llamado del Maestro está dirigido personalmente
a él y se compromete a vivirlo.
Y en un ambiente en donde la ambición, la desigualdad,
las divisiones y la guerra han anidado, emerge su figura,
externamente débil, como una luz atrayente que difunde
sus resplandores por todos los rincones de la cristiandad.
Como que hace alcanzable el Evangelio: el amor fraterno, la actitud
de servicio, la humildad predicados por Cristo otra vez vuelven
a sus ideales para los hombres.
Hijo de un rico comerciante, Francisco descubre que la pobreza
lo puede volver más rico, ya que lo transforma en dueño
de toda la creación. Repudiado por su padre, se acoge
al amor de Dios con la lógica consecuencia de encontrarse
rodeado por millones de hermanos. Y confiado en la palabra
de Jesús, busca en la minoridad el camino de la verdadera
grandeza.
Y satisfecho de su descubrimiento, quiere que todos participen
de él. Sale a las calles de su ciudad, recorre los
caminos, acude a las plazas y mercados comunicándoles
las grandezas del Evangelio y llorando públicamente
por que el amor no es amado.
Su lenguaje novedoso correspondía a una nueva visión
de la humanidad y de la creación. Entrega al mundo
con palabras refrescantes la invitación evangélica a ser todos hermanos. Para él no hay motivo para hacer
diferencias entre los hombres: todos, absolutamente con el
mismo derecho, pueden y deben ser considerados hermanos. Si
todos son creados por el mismo Dios, el hombre no tiene por
qué poner diferencias. Esta lógica lo lleva a sentir que el hombre no está sólo en la creación.
Su mirada poética le permite ver en cada creatura a
un nuevo hermano. Los llama así y los trata con cortesía:
hermano sol, hermana luna, hermano fuego, hermano lobo, hermana
oveja; hermana creación, hermana muerte ...
E invita a todos a vivir en paz. Junta en su corazón
al hermano santo con el hermano ladrón, a la hermana
paloma con el hermano halcón, a la hermana lluvia con
el hermano sol. Es capaz de ir donde el sultán para
hacerle ver que sólo tiene amor hacía él;
se acerca al leproso para besarlo; hace llamar al salteador
para compartir su pan con él.
Y la voz del Hermano Francisco sigue resonando. Porque la
humanidad la necesita: carecemos de Amor, está ausente
la Paz. Queremos sentir una voz fuerte y dulce que nos llame
hermanos y nos haga olvidar tantas disenciones y luchas. Y
eso es lo que Francisco de Asís ofrece al mundo y eso
es lo que hace que muchos hombres lo busquen.
Y su voz encuentra eco. Se sienten cerca del Pobrecillo todos
aquellos que luchan por el bienestar de los demás.
Los que se preocupan por el cuidado de los animales y de la
naturaleza. Los desposeídos y desapegados de los bienes
de la tierra. Los no creyentes y los cristianos de otras confesiones.
Los que desean ser instrumentos de paz.
No hay duda de que la figura de este humilde Santo deja entre
los que lo conocen una nota de serenidad y mansedumbre y que
aún los que lo consideran inimitable ven en él
un camino de fraternidad y paz. San Francisco sigue siendo
un signo y una esperanza.
SEGUIDORES
DE SAN FRANCISCO EN CHILE
Desde 1553, año en que llegaron los primeros franciscanos
a Chile, los seguidores de San Francisco han permanecido en
nuestro país dedicados a mantener vivo el espíritu
del Santo y a desempañar obras de servicio a la sociedad
de acuerdo a los tiempos y situaciones por los que ha ido pasando
el hombre.
Representados por los miembros de la Orden Franciscana, Orden
Capuchina, Clarisas, Religiosas de diversas Congregaciones
franciscanas, laicos, han estado presentes en el desarrollo
de la historia Patria. Cristianización de los indígenas,
fundación de ciudades, educación popular, obras
de adelanto, acción caritativa, luchas por la Independencia,
formación de la sociedad, cultura, trabajo pastoral,
etc. Son campos en que éstos han participado activamente.
Diseminados hoy día a lo largo de todo el país,
los miembros de la familia franciscana, al igual que todo
el mundo, siguen recordando prácticamente que la vocación
cristiana es de servicio de fraternidad y de amor. |