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              Alonso de Ercilla y 
                Zúñiga 1533-1594  Nació el 7 de agosto de 
              1533 en Madrid, España, y murió en la misma 
              ciudad en 1594. Su padre fue Fortún García 
              de Ercilla y su madre Leonor de Zúñiga, quien 
              fuera la guardacama de la infanta María. Habiendo 
              quedado viuda cuando Alonso tenía 1 año de 
              edad, Leonor consiguió ubicarlo como paje del Príncipe 
              Felipe, futuro Rey de España.   La permanencia de Ercilla 
                en la Corte, le permitió adquirir los conocimientos 
                entregados por el preceptor de pajes, el latinista Cristóbal 
                Calvete de la Estrella. El estudio de clásicos como 
                Virgilio y Lucano, y la lectura de otros autores como Garcilaso, 
                Dante, Ariosto y Boccaccio, conformaron su universo intelectual, 
                que incluyó también la Astronomía y la 
                Astrología. Su educación se complementó 
                con una serie de viajes que hizo acompañando a Felipe 
                II a Flandes, Viena e Inglaterra. Ercilla llegó a 
              América en 1556 y a Chile en 1557. Aquí fue 
              testigo de la resistencia indígena, experiencia que 
              plasmó en su obra La Araucana. Regresó a Lima 
              en 1559 y en 1563, a España. En la capital imperial 
              retornó a la Corte, donde recibió el hábito 
              de la Orden de Santiago y contrajo matrimonio con María 
              Bazán, enlace que le dio independencia económica. Las noticias referentes 
              a los sucesos de las lejanas tierras de Chile, llevadas por 
              Gerónimo de Alderete (quien había sido enviado 
              a España por Pedro de Valdivia), interesaron mucho 
              a Ercilla. Tanto, que estando en Londres decidió volver 
              a España y desde allí viajar hacia América. 
              Se embarcó junto al emisario del Conquistador, quien 
              murió en abril de 1556, sin haber concluido la travesía. 
              Por tal razón, Ercilla continuó solo su viaje 
              arribando al Perú ese mismo año, donde fue recibido 
              por el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, quien lo hospedó 
              en su palacio de Lima.  Su llegada coincidió 
              con los preparativos del hijo del Virrey, García Hurtado 
              de Mendoza, para hacerse cargo de la gobernación del 
              Reino de Chile; por ello, Ercilla se incorporó a esta 
              expedición, con el grado de capitán. Alonso de Ercilla tuvo 
              una corta, pero accidentada experiencia en la Guerra de Arauco. 
              Acompañó a Hurtado de Mendoza en su primera 
              campaña a Arauco, donde presenció (y se supone 
              que también participó) en las batallas de Lagunillas, 
              Quiapo y Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán, 
              protagonista de su poema: La Araucana. También participó 
              en la expedición que García Hurtado realizó 
              al Seno de Reloncaví, liderando un grupo que, en piraguas, 
              arribó a la Isla Puluqui con diez hombres. Estando 
              allí, grabó en un árbol una estrofa fijando 
              el día de su desembarco, el 28 de febrero de 1558. Estando en La Imperial 
              (en medio de un gran festejo) se produjo un altercado entre 
              Ercilla y Juan de Pineda, en presencia del Gobernador. La actitud insolente de sus subalternos decidió a Hurtado 
              de Mendoza a tirarlos de sus caballos, tomarlos prisioneros 
              y condenarlos a muerte por degollamiento. Sin embargo, la 
              suerte estuvo del lado de Ercilla, ya que al parecer habría 
              sido una joven indígena, compañera de Hurtado 
              de Mendoza, la que pidió su perdón. Después 
              de este suceso, Ercilla abandonó sus aventuras luego 
              de permanecer 17 meses en Chile. Durante sus excursiones 
              junto al Gobernador, Ercilla empezó a escribir La Araucana 
              . Los datos anteriores a su llegada al país, que constan 
              en esta obra, los obtuvo en Lima y en Chile, donde escuchó 
              los relatos de antiguos conquistadores. La publicación 
              del texto en Madrid se hizo en tres partes en los años 
              1569, 1588 y 1589. El éxito de la publicación 
              fue inmediato y Chile se convirtió en la primera nación 
              (después de los grandes poemas épicos como el 
              del Cid en España o la Chanson de Roland en Francia) 
              cuyo "nacimiento" fue cantado en un poema épico. La Araucana gira en torno 
              a un tema central, la guerra, que es cantado en 37 cantos 
              en octava real, algo monocordes, aunque ágiles y unitarios 
          en cuanto al relato de los sucesos. |