Juan Ignacio Molina
1740-1829
Hijo de Agustín Molina y
Francisca González Bruna, nació en la hacienda
de Guaraculén (zona del río Maule) en 1740,
y falleció exiliado en Bolonia, Italia, en 1829.
Su niñez transcurrió en Talca, donde fue educado
por los jesuitas. Luego, prosiguió sus estudios en
Concepción y Santiago, siempre bajo la tutela de
la Compañía de Jesús, orden religiosa
a la que finalmente se incorporó en el exilio.
Conseguida la Independencia
de Chile, quiso retornar a la hacienda que lo había
visto nacer, pero esto no sería fácil.
Las disposiciones
del gobierno de O'Higgins se lo impedían y aunque el
Senado reparó el error en 1820, su avanzada edad le
imposibilitaba viajar. Por ello, rechazó la oferta
que personalmente le hiciera en Italia José Ignacio
Cienfuegos (1823). En septiembre de 1829, a los 89 años
de edad, falleció en una casa que le habían
obsequiado sus discípulos.
En 1757, Molina -quien
ya se destacaba por sus dotes intelectuales a pesar de sus
17 años de edad- fue nombrado catedrático y
bibliotecario de la casa grande de la Compañía
de Jesús en Santiago. Su educación había
sido prolija para la época, ya que dominaba varios
idiomas. En 1767, cuando aún era un "hermano estudiante"
debió partir al exilio, junto a los demás miembros
de la orden, expulsados por disposición de Carlos III.
Siguiendo una ruta que se inició en Valparaíso,
pasó por El Callao y por España, y finalmente
llegó a Italia, donde se radicó en la ciudad
de Imola, donde vivió hasta 1773, cuando se ordenó
sacerdote.
Luego de residir en aquella
ciudad se trasladó a Bolonia, donde vivió los
55 años que le quedaban de vida. Dedicó su tiempo
a las labores sacerdotales y a los estudios de Historia Natural.
En 1782, publicó
su obra Saggio sulla Storia Naturale del Chili (Ensayo sobre
la Historia Natural de Chile). En ella, estudió aspectos
tan diversos como la climatología, botánica,
geología, zoología, mineralogía y geografía
física del territorio. Su redacción le fue muy
difícil, pues no podía acceder al territorio
sobre el que escribía, por lo que recurrió a
sus recuerdos y a un sinnúmero de informes de distintos
viajeros europeos que habían visitado el país.
A esta primera obra le
siguió en 1787 otra, titulada Saggio sulla Storia Civile
del Chili, que narra los acontecimientos ocurridos en Chile
desde la Conquista hasta 1655. Este libro hizo del abate un
personaje intelectual, pues fue traducido, estando él
en vida, al alemán, inglés, español y
francés. Transformado en una personalidad, se incorporó
al Instituto Pontificio de Bolonia, uno de los principales
centros intelectuales de Italia. Molina fue reconocido como
naturalista e incluso fue visitado por el Barón Alexander
von Humboldt, el más prestigioso científico
alemán de la época.
|