Isabel I de Castilla,
más conocida por Isabel la Católica, nació
en la localidad de Madrigal de las Altas Torres (Ávila)
el 22 de abril de 1451 en el palacio de su padre, Juan II
de Castilla, casado con Isabel de Portugal.
Con muy pocas posibilidades
de llegar al trono de Castilla en su nacimiento, la declaración
de ilegitimidad de su sobrina Juana la Beltraneja la convirtió
en heredera de su hermanastro Enrique IV, si bien tuvo que
vencer la guerra civil de 1475 a 1479 para ocupar el trono.
Su matrimonio con Fernando de Aragón permitió
restablecer el orden y la autoridad monárquica en las
dos Castillas, convirtiéndose España en una
nación fuerte, dinámica y expansiva, teniendo
lugar acontecimientos tan importantes como la conquista de
Granada y de las islas mayores de Canarias, y el descubrimiento
de América en 1492.
Su reinado se extendió
entre 1474 y 1504 y supone el comienzo
de un periodo de gran auge y prosperidad que situaría a España a la cabeza de Europa durante algo más
de un siglo.
Por la voluntad de los
monarcas Católicos, España protagonizó
hechos tan relevantes que marcarían el rumbo de su
historia, como la unificación de los distintos reinos
bajo su Corona, la integración definitiva de Canarias
en la Corona Castellana, la anexión del Reino Nazarí
de Granada, o la Llegada de Cristóbal Colón
al Nuevo Continente.
Estos
hitos históricos universalizaron la figura de la Reina,
que murió en Medina del Campo el 26 de noviembre de
1504. |