El Decreto Supremo del Ministerio de Relaciones Exteriores Nº1.747 del 6 de Noviembre de 1940, que establece los límites de la soberanía de Chile en el casquete antártico, no podía quedar inerte en el papel, sino concretarse en una posesión efectiva, con ocupación personal de un territorio heredado cuatro siglos ha de la corona española.
Para ello se preparó detalladamente una expedición con participación de científicos, intelectuales, periodistas, hombres de letras, fotógrafos y observadores en general, aparte de delegaciones del Ejército y de la Fuerza Aérea.
El centro de gravedad del esfuerzo recayó en la Armada y el 9 de Enero de 1947 Zarpaba a la Antártica la Fragata “IQUIQUE”, al mando del capitán de Fragata Ernesto González Navarrete y con la insignia del comodoro de la expedición, Capitán de Navío Federico Guesalaga Toro.
El 28 de Enero salía también con rumbo al continente helado el transporte “ANGAMOS”, mandado por el Capitán de fragata Gabriel Rojas Parker, con el saldo de los implementos, el grupo de científicos y dos oficiales de la Armada Argentina, especialmente invitados por el Gobierno de Chile.
El Comodoro Guesalaga escogió como base de sus exploraciones la isla de Greenwich, contenida en el grupo Shetland del Sur, seleccionando la bahía Descubrimiento para construir la base.
Allí en la pequeña bahía Soberanía, una ensenada de reducido tamaño, con grandes ventajas hidrográficas, aguas tranquilas y fondos moderados que bajan en suaves declives hacia la costa, se construyó un sólido muelle de desembarco que favoreció eficientemente las edificaciones que se hicieron en tierra.
En 29 días, con un despliegue de entusiasmo y eficiencia sorprendente se hicieron las construcciones, con todos sus elementos primordiales instalados, calefacción, motores y equipos de radio, estanques de aguas y servicios sanitarios especiales, impermeabilización de techos y muros, etc.
Se trabajó sin distinción de rangos profesionales u oficios, con apenas cuatro a cinco horas de descanso, aprovechando al máximo la larga duración de la luz del día, con temperaturas inferiores a los cero grados glaciales, para dejar para siempre fundada la más austral población del territorio chileno de esa época.
El 6 de Febrero de 1947, en patriótica ceremonia, se izó el pabellón nacional y se firmó el acta oficial de la inauguración de la estación metereológica y radiotelegráfica erigida en Puerto Soberanía, n la isla Greenwich, llamada después Base “Arturo Prat”.
Fue en Soberanía donde por primera vez ciudadanos chilenos y todos miembros de la Armada cubrieron una ininterrumpida permanencia de un año en tierras antárticas, en un clima crudo e implacable, aislados en esa inmensa soledad y silencio enervante, pero todos ellos, seis hombres en total, incluido el jefe, teniente Boris Kopaitic O'Neill, cumplieron a entera satisfacción del país con su misión de mantener la soberanía nacional en tan apartado lugar. Con coraje, decisión y entereza, sobrepasaron los escollos climáticos y del aislamiento, para desarrollar estudios científicos y profesionales acerca de los aspectos hidrográficos, metereológicos y científicos que les fueron encomendados.