Con una superficie continental de 756.847 km2, aparte del territorio antártico, y una población de 10 millones de habitantes, Chile posee un importante potencial de recursos forestales.

Estos recursos se expresan en 600 mil hectáreas de plantaciones, fundamentalmente pino insigne y eucalipto, y alrededor de 5 millones de hectáreas de bosque nativo.

Se ha determinado que el 45% de los terrenos son de aptitud forestal, lo que representa 34 millones de hectáreas de las cuales 22 millones son maderables con algunas limitaciones.

La actual Política Forestal del Gobierno de Chile, unida al rápido crecimiento del pino insigne, que es la principal especie abastecedora de plantas de celulosa y aserraderos, y la disponibilidad de un apreciable contingente de profesionales y técnicos formados en tres Universidades chilenas, ha situado a nuestro país a la vanguardia del desarrollo forestal latinoamericano.

La Corporación Nacional Forestal, organismo que cumple el rol de servicio Forestal del Estado, tiene por misión fundamental fomentar el incremento de la masa boscosa, y la explotación y comercialización de productos forestales, tarea que está a cargo del sector privado. Para ello la Corporación cuenta con instrumentos legales y jurídicos (básicamente el Decreto Ley 702 ) y una organización administrativa descentralizada a través de las Regiones.

El auge alcanzado por el sector forestal chileno, que descansa en masivos programas de reforestación con un promedio de 100 mil hectáreas anuales, ha determinado un aumento explosivo de las exportaciones.

Durante el año 1977 Chile exportó productos forestales por más de 200 millones de dólares a 40 países de diversos continentes, entre los cuales destacan además de la mayoría de las naciones latinoamericanas: Francia, Alemania, Inglaterra, España, Estados Unidos, los Emiratos Árabes, Dubai, Kuwait, Qatar, Japón, Corea, Tailandia y Taiwán.

Aparte de los productos forestales que tradicionalmente se exportan, como madera aserrada, celulosa, papel para periódico, cartulina, hojas de boldo, corteza de quillay, tableros de fibra, etc., el año pasado comenzó la exportación de pino insigne en rollizos y basas a Japón y Corea del Sur.

Con el objeto de integrar a la producción todos los terrenos de aptitud forestal, CONAF, en su calidad de organismo coordinador y preservador de la riqueza forestal, ha intensificado la aplicación del Decreto Ley 702. Mediante este cuerpo legal se respalda con créditos y bonificaciones a los particulares que forestan por primera vez.

Además de ésta labor de fomento, la Corporación Nacional Forestal, a través de sus Direcciones Regionales, implementa diversos proyectos relacionados con selección de semillas, viveros, manejo de bosques, contención de dunas, corrección de torrentes, prevención y control de plagas, prevención y combate de incendios forestales, capacitación, etc.

En esta forma se aseguran las expectativas de fortalecimiento del sector forestal para lograr quizás antes de lo previsto, la meta de situar la actividad forestal y las industrias que de ella derivan como la principal fuente generadora de divisas para Chile, a escasa distancia del cobre.